Herencia
De mi padre he heredado
unos cuantos vicios,
dos o tres tics nerviosos
y una imposible soledad.
De él he adquirido
la insana costumbre
de morderme las uñas,
el ímpetu sobreprotector
que me enfrentará
irremediablemente a mis
propios hijos
y el necio deseo de escribir
versos
como quien caza lagartijas.
Pero ¿qué puedo hacer
si he heredado esta tosca sonrisa
-que nos hace ver tan iguales-,
este ánimo contemplativo y atribulado
-que nos predispone al infarto
del miocardio-
y este oficio tardo y embustero?
Ciertamente no puedo hacer nada
sólo darme valor
plagiando algunos de sus versos
y amando a mi pequeño hijo
con el estigma inevitable
de éste
nuestro apellido.
unos cuantos vicios,
dos o tres tics nerviosos
y una imposible soledad.
De él he adquirido
la insana costumbre
de morderme las uñas,
el ímpetu sobreprotector
que me enfrentará
irremediablemente a mis
propios hijos
y el necio deseo de escribir
versos
como quien caza lagartijas.
Pero ¿qué puedo hacer
si he heredado esta tosca sonrisa
-que nos hace ver tan iguales-,
este ánimo contemplativo y atribulado
-que nos predispone al infarto
del miocardio-
y este oficio tardo y embustero?
Ciertamente no puedo hacer nada
sólo darme valor
plagiando algunos de sus versos
y amando a mi pequeño hijo
con el estigma inevitable
de éste
nuestro apellido.
D.A.S.B.
2 Comentarios:
A la/s 3/9/07 5:52 a. m., Bruno Rivas dijo...
muy bueno!
A la/s 13/9/07 7:15 p. m., Jack Martínez Arias dijo...
Grande, diego.
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