El padre
Me hice adulto
envidiando a mis hermanos mayores
porque todos ellos poseían
a mis mujeres,
envidiando a mis hermanos mayores
porque todos ellos poseían
a mis mujeres,
que eran pocas,
y me querían hacer la vida imposible.
Pero todo eso cambió
porque yo me convertí en padre
y esos hombres –incluso menores que yo,
Pero todo eso cambió
porque yo me convertí en padre
y esos hombres –incluso menores que yo,
incluso no hermanos míos-,
que destruían a mis mujeres
a punta de gemidos transversales,
ya no podían competir conmigo.
A un padre solo lo puede superar
un abuelo (patriarca)
y dudo que ninguno de esos fraternos
enemigos
quieran ver encanecer su pubis,
y dudo –más todavía- que ninguna
de esas mujeres lascivas,
que deseaban mi ruina también,
ahora apetezcan gemir
con un árbol reseco entre las piernas.
Soy padre.
que destruían a mis mujeres
a punta de gemidos transversales,
ya no podían competir conmigo.
A un padre solo lo puede superar
un abuelo (patriarca)
y dudo que ninguno de esos fraternos
enemigos
quieran ver encanecer su pubis,
y dudo –más todavía- que ninguna
de esas mujeres lascivas,
que deseaban mi ruina también,
ahora apetezcan gemir
con un árbol reseco entre las piernas.
Soy padre.
Ya no tengo hermanos mayores.
Guardo a buen recaudo todos mis bienes.
Guardo a buen recaudo todos mis bienes.
D.A.S.B.
1 Comentarios:
A la/s 15/11/07 11:03 p. m., Carlos Rojas Olivos dijo...
Después de leer este poema no me queda más que decir: GENIAL.
Grande Pa!
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