LIMA o la desocupación de la arcadia
.
Desierto,hemos crecido en medio de un desierto.
Y así, poco a poco,
muere el valle de Lima
tan inverosímil y austero
como para acostumbrarnos a la sed
y no al agua.
Nuestra madre es una estepa,
nuestro padre
el mediodía bajo el sol,
nuestra casa una bella posibilidad
de lluvia indiscutible...
cumpliendo con nuestra voluntad de arena
nos hemos nutrido del desierto:
toda la costa de mi país es un sueño.
D.A.S.B
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