Oku no hosomichi (imitación de Matsuo Basho)
Para J.W.
Iniciar el viaje
Hoy es el quinto día del Quinto Mes. He remojado pétalos de lirio para limpiar mis pies cansados mientras observo a unos niños zarandear un muñeco vestido de senshi. El río Hirose no está lejos, y aunque hoy –más que nunca- sus carpas deben estar nadando contra la corriente, yo me consumo en remediar si es tiempo de emprender viaje en busca de Li Po.
Mi amigo Yoshitada diría, sin duda:
Una carpa de papel
más valerosa
en río bravo.
Como despedida, al iniciar el viaje, cuelgo estos versos en uno de los pilares de mi casa:
Las compañías del sendero
He seguido mi camino entre los montes de Gessan y Yudono. Mi acompañante ocasional, un joven aprendiz de bonzo –aficionado al juego de Go- me pregunta por el motivo de mi viaje a China: “Pertinente Dajin, he de encontrar en Dangtu a Li Tai Po”, le digo. Dajin, que aún no conoce el arte de la poesía, me interroga por aquel hombre, imaginándolo un santo. Así, le recito el poema “la luna y la sombra”. Mi joven acompañante se desanima hondamente al conocer la verdad, y se aplica de nuevo en sus pensamientos, quizá en una partida inconclusa de Go que le espera a su regreso en Edo.
Ya me había prevenido años antes mi maestro Kitamura:
sea canto de grulla,
pero en verano.
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