Ejercicio estival Nº 1
Hay tanto celo en estos centígrados
y en verano los bañistas despreocupados
y las moscas que la muerte envía a recordarte
para seguir buscando el cuerpo
que mitigue el fuego de esta soledad
Es así: he temido siempre al mar y a sus habitaciones
a sus epitafios que alguna vez amé e igual me amaron
y tendría que correr para ventilar
toda la brisa de esta nada
Uno dos tres la vida misma y las frutas de estación
-pero no logro aprehender eso,
la negación del “yo mismo”-
¿Rey de qué? Rey de la arena y los guijarros
la resolana infame que acude a ti y nunca es nada
¿cuanto más durará esto?
Sin más que tus muslos dorados como Cristo sobre
el agua.
y en verano los bañistas despreocupados
y las moscas que la muerte envía a recordarte
para seguir buscando el cuerpo
que mitigue el fuego de esta soledad
Es así: he temido siempre al mar y a sus habitaciones
a sus epitafios que alguna vez amé e igual me amaron
y tendría que correr para ventilar
toda la brisa de esta nada
Uno dos tres la vida misma y las frutas de estación
-pero no logro aprehender eso,
la negación del “yo mismo”-
¿Rey de qué? Rey de la arena y los guijarros
la resolana infame que acude a ti y nunca es nada
¿cuanto más durará esto?
Sin más que tus muslos dorados como Cristo sobre
el agua.
D.A.S.B. / Dante Ayllón
Chorrillos, 2 de enero 2008
Chorrillos, 2 de enero 2008
2 Comentarios:
A la/s 11/1/08 9:53 a. m., Miguel Ángel Sanz Chung dijo...
Dime si me equivoco, compadre.
Tú escribiste el primer verso y sus iguales tipográficos y Dante escribió las cursivas.
Miguel.
A la/s 14/1/08 2:23 p. m., Diego Alonso Sánchez dijo...
Ujú. ¿Es tan evidente?
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