El fin de una década: diez años de poesía

Hablar de la década que acaba de terminar, en lo personal, me remite siempre a la poesía. Inicié mis estudios de literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1999 y allí –puedo decirlo con absoluta seguridad- me relacioné con muchas estupendas personas, pero debo resaltar a cinco en particular que me acompañaron a construir una empresa vital: la constitución de un grupo poético.

Con ellos: Romy Sordómez, Miguel Ángel Sánz Chung, Luis Valladarez Hernández, Moisés Sánchez Franco y José Agustín Haya de la Torre, fundamos el Grupo de Creación y Publicación Literaria Sociedad Elefante. Corría diciembre del año 2000 y la situación universitaria se presentaba óptima (quién sabe porqué) para la conformación de movimientos poéticos de jóvenes, no sólo en San Marcos, sino también en otras universidades nacionales y privadas. Así nació Sociedad Elefante. Pero esto pasaría desapercibido sino fuera porque durante esos primeros años del siglo XXI se vivió un pequeño “boom poético de grupos” (suena ridículo, pero no se me ocurre cómo nombrarlo de forma diferente).

Un poco de nostalgia me ha embargado, lo admito. Sin gimoteo, claro, pero sí con un poco de orgullo por lo que se hizo durante estos últimos diez años. Bueno, aprovechando este influjo melancólico, pienso colgar todo el material que tenga sobre Sociedad Elefante (SE, a partir de ahora, para abreviar) y así rendir un humilde homenaje a esos jóvenes que quisimos hacer las cosas bien, con limpieza de corazón y compromiso, con pasión y buenas intenciones; esos jóvenes que ahora somos padres, que ahora estamos sobre los 80 kilos, que ahora tenemos menos cabello.

Para ustedes, con cariño.